Otra visita a Costa Rica por motivos de trabajo, y ya me van quedando pocos lugares para visitar (de los considerados más turísticos claro...). entre ellos me faltaba acercarme a Tortuguero, lo cual pude hacer esta vez. Para llegar a Tortuguero se puede hacer por dos vías diferentes, y siempre en barca, desde Mohín (cerca de Siquirres) o desde La Pavona. Nosotros fuimos directamente desde Cartago a La Pavona, pasando por Cariari, unas 3 horas 20 minutos (2 horas 40 minutos desde San José). En La Pavona hay un parqueo para dejar el coche (10$/día) y un restaurante. Allí mismo salen los barquitos hacia Tortuguero, y se puede comprar el billete para el servicio público, que es mucho más barato que hacerlo con cualquier privado (el público cuesta 1.600 colones por persona y trayecto, el privado puede costar a partir de 7.000 colones por persona). El trayecto entre La Pavona y Tortuguero es de casi una hora de duración. Vamos por canales (a veces ríos bastante anchos) rodeados de una vegetación frondosa espectacular. A veces la vegetación casi tapa por completo el canal (si éste es muy estrecho).
Tortuguero es un pueblecito situado entre la orilla de uno de estos inmensos rios y la orilla del mar Caribe, en el noreste de Costa Rica. El Parque Nacional de Tortuguero es una inmensa selva llena de rios y canales llenos de animales de todo tipo (como en cualquier rincón de Costa Rica). Tortuguero es un destino famoso por ser uno de los mejores lugares donde observar el desove de las tortugas, concretamente a estas playas llegan cuatro tipos de tortuga, la Caretta Caretta, la Baula, la Carey y la tortuga Verde.
En nuestro caso estamos en la época de desove de la tortuga Verde (finales de julio y agosto), así que es la que vimos. Quedamos con nuestro guía a las 21 horas y de ahí fuimos recorriendo un camino hasta el trozo de playa escogido (hay vigilantes de conservación por todas las playas, para coordinar las visitas y evitar el robo de huevos por los furtivos). Estuvimos por la playa hasta las 24 horas, estaba todo lleno de tortugas saliendo del mar, desovando y volviendo a entrar en el agua. El proceso completo de desove puede durar unas dos horas.
El vigilante encuentra una tortuga que haya escogido lugar para desovar y esperan a que limpie el terreno y haga su agujero (no hay que molestarlas en algunos momentos porqué si se asustan pueden huir al mar sin desovar, o incluso a mitad del proceso, lo que dejaría los huevos desprotegidos y sin posibilidades de supervivencia). En el momento que empiezan a desovar entran en una especie de trance y entonces es posible ir a verlas, con una iluminación especial que no las moleste. Cuando acaba y está tapando el agujero tampoco hay que molestarla demasiado, y en su camino de regreso al mar se la puede seguir desde detrás, otra vez iluminándola con una linterna especial.
Nosotros pudimos ver una tortuga desovando y seguimos a otras dos en su camino de regreso al mar, fueron momentos muy espectaculares (evidentemente están prohibidas las cámaras de fotos). La tortuga Verde es una de las más grandes, pueden medir hasta casi un metro y medio y viven más de 100 años. De todas formas hasta que no cumplen 25 años no están en disposición de poder desovar, y cuando lo hacen siempre vuelven a la misma playa exacta donde ellas nacieron, lo cual es increible. Viven por todo el mar Caribe, van a Guatemala, Nicaragua y por otros países, pero en este caso vuelven a desovar a la misma playa de Costa Rica donde nacieron. Ponen entre 100 y 120 huevos cada vez, aunque solamente entre un 1 o 3% podrán sobrevivir, debido a depredadores de todo tipo tanto en la arena como en el mar, además de que a veces las tortuguitas no consiguen salir del agujero donde nacieron.
Además de ver el desove de las tortugas vale mucho la pena hacer el tour en canoa por los canales. Y digo en canoa, no en barca a motor, ya que el ruido asusta a algunos animales. De esta forma estuvimos de dos a tres horas paseando por los canales (anchos y otros estrechísimos) y rodeados de selva, fue espectacular, lo hicimos al amanecer que se supone que es cuando hay más movimiento de animales. Y efectivamente vimos bastantes, los tres tipos de monos de la zona (el mono araña, el mono aullador o congo y el cara blanca), la garza tigre, espaldas verdes, gallinas de agua, caimanes, el martín pescador, basiliscos, iguanas... Lástima que no vimos ningún manatí (o elefantes de agua). Después de la excursión desayuno con gallopinto y a descansar. Por cierto que la comida caribeña es interesante, algo más elaborada que la tica que había probado hasta el momento. Cocinan casi todo con coco y algunas recetas quedan buenísimas, desde un simple rice & beans hasta un pescadito en salsa...
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