jueves, 18 de marzo de 2010

La leyenda de la hoja de coca

"Había una vez un pueblo que vivía feliz, con cosechas abundantes y una vida pacífica. Un día llegó el hombre blanco, ellos pensaron que habían llegado dioses, pero estos dioses trajeron destrucción, desolación, saqueos y violaciones. Exterminaron al pueblo entero aunque uno de ellos logró huir a una isla en medio de un lago con el tesoro más preciado y más buscado por el hombre blanco. Lo escondió en un lugar donde nadie pudiera encontrarlo, pero el hombre blanco que era muy inteligente le encontró, y le torturó salvajemente para que revelara donde lo había escondido. Él no reveló el secreto, y quedó moribundo después de días de torturas. En este estado se le apareció el Dios del Sol (Tata Inti) para agradecerle que no hubiera revelado el secreto del tesoro y le dijo que le concedería un deseo. Él pidió exterminar al hombre blanco, pero el Dios le dijo que eso no podía concedérselo, ya que el hombre blanco tenía un Dios más poderoso que él. A los pocos días el hombre moribundo encontró otros sobrevivientes de su pueblo, pero él ya estaba a punto de morir debido a las torturas sufridas. Se le volvío a aparecer el Tata Inti y le preguntó si había pensado qué deseo pedir. Este contestó que quería que su pueblo pudiera vivir dignamente. El Dios entonces le contestó: "a partir de ahora van a venir épocas de sufrimiento, de mucho trabajo y esclavitud para tu pueblo. ¿Ven esa plantita de ahí? Cuidenla y haganla crecer, extraigan sus hojas y el jugo de ellas, con ellas podrán sobrellevar mejor las largas jornadas de trabajo. Les proporcionará consuelo y momentos de alegría y distensión aún debiendo soportar opresión y esclavitud. Esas hojas os darán fuerza para soportar la vida de oscuridad y terror. Y como último mensaje les diré que lo que será una bendición para tu pueblo será la perdición y la degeneración para el hombre blanco." El hombre transmitió lo que le había dicho el Dios a sus hermanos pero murió a los pocos días."

Esta leyenda está ambientada en la Isla del Sol (Lago Titicaca) y me fue contada por Hernan (descendiente del pueblo quechua), mi guía durante dos días en San Pedro de Atacama, en el Valle de la Muerte y a la hora del atardecer, mientras Ricardo (descendiente del pueblo atacameño o likan-antai, que antiguamente hablaban kunza, una lengua que quedó extinguida debido a la opresión española) realizaba una ofrenda a la Pachamama (la Madre Tierra). Aunque según datos históricos la hoja de coca ya se usaba antes de la ocupación española me pareció una leyenda muy bonita cuando nos la explicó Hernan, así que la transcribo tal cual la contó. Además nos explicó cómo su padre trabajó durante 16 años en las minas de potosí con jornadas de trabajo de 16 horas, o cómo él mismo tenia que levantarse a las 4 de la madrugada cuando era pequeño para ir a trabajar durante todo el día a las plantaciones de quinua (en Uyuni) y volver al atardecer cargado de leña. Todo esto es más llevadero gracias a la hoja de coca... Uno de los mensajes más leídos por Bolivia: "La hoja de coca no es droga".

domingo, 14 de marzo de 2010

Algo del norte de Chile

Desde Laguna Verde (Bolivia) me acercaron a la frontera con Chile de Hito Cajones ya que tenía pensado visitar la parte del desierto de Atacama. Así que después de estar unas 3 horas colgado en el paso fronterizo ya que no aparecía el conductor que tenía que recojerme otro conductor que había casualmente esa mañana por allí llevando a dos turistas desde la parte de Chile accedió a llevarme a San Pedro de Atacama.

San Pedro de Atacama es un pueblecito bastante lindo pero algo sobrevalorado al ser base del turismo en la zona. Dicen que los precios en Chile ya son de los más caros de sudamérica de por sí pero es que en este pueblo son algo exagerados en proporción. Por ejemplo dormir en habitación compartida en un hostel cuesta unos 8.000 pesos chilenos (1€=700 pesos aprox., por lo tanto unos 11,5€), aunque el segundo día encontré uno algo más apartado del centro por 5.000 pesos. Los menus del día para comer van desde unos 2,5€ a unos 7€ sin bebida, y para cenar unos 5-9€. Las excursiones son más caras que en la parte boliviana pero siempre más baratas que si contratamos algo por Internet de forma remota (siempre mejor ir al sitio y contratar allí, los precios son bastante diferentes).

Los atractivos de la zona son parecidos a los de la parte boliviana, volcanes, lagunas, zonas desérticas y salares. Lo primero que hice fui despertarme la primera noche a las 3:30 para ir a los Géisers del Tatio (4.200 msnm), el mayor campo geotérmico del hemisferio sur y el tercero del mundo, repletito de géisers espectaculares y piscinas naturales con el agua entre 25-40 grados centígrados (uno puede bañarse). La mayor actividad se registra de 5 a 7 de la mañana, por eso es necesario levantarse tan pronto.

Por la tarde... visita al Valle de la Luna, en la Cordillera de la Sal, formaciones de piedra y arena con unos colores y textura espectacular que se asemejan a un paisaje lunar. Valle de la Muerte, Valle de los Dinosaurios y Coliseum (una formación natural inmensa cuya forma recuerda a un coliseo).

También visité el Salar de Atacama, diferente al de Uyuni porque existen muy pocas precipitaciones y la sal no se disuelve y se queda en formaciones rocosas (el de Uyuni es completamente liso). Bajo el salar se encuentra el 40% de las reservas de litio del mundo y también se comercializa la sal para generar compuestos químicos (la sal comestible proviene mayoritariamente del agua del mar). Flamenco andino en las pocas lagunas que quedan y que se cree desapareceran en algunos años si sigue la tendencia descendiente en la cantidad de lluvia.

Lagunas altiplánicas de Miscanti y Miñique (otra vez a más de 4.000 msnm), pasando por los pueblecitos de Toconao y Socaire, otra vez repletas de flamencos y manadas de vicuñas, así como volcanes en los alrededores.

Desde San Pedro de Atacama me fui a Iquique, en la costa chilena. Fue una sensación curiosa la de ver el mar otra vez después de algunos meses. Iquique es uno de los paraísos para los amantes del parapente, pero no me animé a probarlo y desde ahí tomé un bus a La Paz. Antes de volver a entrar en Bolivia y justo en la frontera el lago Chungará y el majestuoso volcán Parinacota (6.350 msnm), uno de los Nevados de Payachatas (dioses).

sábado, 13 de marzo de 2010

Salar de Uyuni y alrededores

Desde La Paz tomé un bus para bajar a visitar algo más del sur de Bolivia. En este caso me dirigí a Uyuni, en el altiplano boliviano, para visitar el salar más grande del mundo.

Y es que con sus 12.000 km cuadrados el Salar de Uyuni es efectivamente el más grande del mundo, por delante del de Salt Lake City en EEUU y del Salar de Atacama en Chile. Una vez en Uyuni contraté un tour de tres días en 4x4 (mejor contratarlo en Uyuni que en La Paz) que me llevaría a recorrer el Salar y la zona volcánica hasta la frontera con Chile, llena de lagunas preciosas donde habitan flamencos y con volcanes impresionantes de fondo.

El Salar de Uyuni se encuentra en el departamento de Potosí, la principal zona minera de Bolivia, a unos 3.700 msnm. De hecho según informes recientes se estima que en la zona del Salar se encuentra una de las mayores reservas naturales de litio del mundo. El departamento también es rico en otros recursos naturales como la plata (aunque ya está bastante agotada) y demás metales preciosos (de ahí la frase "vale un potosí"), además de zinc, antimonio, plomo, etc. incluso se piensa que hay uranio.

Después de visitar una antigua estación y ahora cementerio de trenes (línea que servía para transportar los minerales extraidos en las minas hacia Calama, en Chile) fuímos directamente al Salar. Espectacular! En esta época del año el Salar esta todavía medio inundado (aunque hay partes ya secas) pero con el 4x4 es posible adentrarse e incluso pudimos atravesarlo aunque no estaba previsto a priori. La sensación es de infinito, un mar blanco sin final (nos ocupó algunas horas atravesarlo). Paramos a almorzar en un hotel de sal y ya por la tarde llegamos a dormir a San Juán de Rosario. El alojamiento en la zona es bastante básico, incluso en algún caso sin agua corriente y por lo tanto sin ducha. La energía eléctrica proviene de paneles solares y está muy restringida, de hecho hay que pagar algunos bolivianos para cargar baterías de cámaras y móvil.

Durante el segundo día atravesamos montañas, volcanes y lagunas para llegar a dormir a la orilla de la Laguna Colorada. Y atravesar en el sentido literal, la mayor parte del trayecto sin caminos, es decir campo, o desierto o montaña a través. Es curioso porque casi todos tienen el mismo 4x4, el Toyota Land Cruiser, dicen que es el modelo que mejor aguanta las caracteristicas duras de la zona. Íbamos cargados con todos los víveres y combustible para tres días, porque en la zona no hay absolutamente nada (en cuanto a infraestructuras).

Los paisajes... impresionantes! Casi me han gustado más que el Salar, el volcán Ollagüe (5.870 m., en activo), la Laguna Hedionda, el Árbol de Piedra y la Laguna Colorada, además de otras lagunas, montañas y volcanes. En el tercer día visitamos unas termas naturales (donde uno se puede bañar), el Sol de Mañana (fumarolas, ya que se trata de una zona de mucha actividad geotérmica), y la Laguna Verde, con el impresionante volcán Licancabur (casi 6.000 msnm.) de fondo. En algunos casos llegamos a estar a unos 4.500 msnm, altura a la que todavía se encuentran manadas de vicuñas merodeando (de la familia de la llama, pero salvajes) y cantidad de flamencos en cada una de las lagunas. Quedé maravillado!, Bolivia me sorprende otra vez... Una excursión impresdincible para los que visiten este país!

sábado, 6 de marzo de 2010

Carnaval de Oruro


Los carnavales en Bolivia son sinónimo de fiesta y locura. Los bolivianos se pasan el año esperando y preparando los carnavales, que se celebran en todo el país como si se tratase de la "fiesta nacional". Es particularmente famosa la celebración en Oruro (ciudad en el altiplano boliviano), fiesta que la UNESCO declaró en 2001 "Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad".
Así que me fui para allí con Enric! Ya el viernes antes de carnavales la gente celebra en las empresas la llegada de la fiesta, el viernes de "challa" le llaman (estreno del Carnaval), suben comida y bebida y preparan unas guerras de agua y espuma en las oficinas (la nuestra quedo "semidestrozada"...). El agua y la espuma es algo habitual, así que hay que estar preparado a recibir globazos de agua en cualquier instante o una rociadita de espuma por la calle, evidentemente sin quejarse. Es por ello que mucha gente se pone un poncho de plástico para no acabar empapados (yo me compré uno también).

La celebración en Oruro consiste básicamente en ver "La Entrada". El sábado a primera hora de la mañana comienza el desfile de comparsas y grupos folclóricos por un recorrido establecido (con gradas a los lados para el público), Diabladas, Morenadas, Caporales, Kullawadas, Waca-Waca, etc., cada uno con sus disfraces y bailes típicos, y acompañados de la correspondiente comparsa musical. En total deben desfilar unas 40.000 personas, este año la Entrada empezó a primera hora de la mañana y terminó a las 4-5 de la madrugada. El desfile acaba en el socavón, que es donde se encuentra la iglesia con la Virgen del Socavón, por devoción a la cual los bolivianos realizan el desfile (la gente que no desfila no va disfrazada como pasa en otros carnavales).


Durante el día y la noche Oruro es una fiesta continua, la gente bebiendo cerveza Paceña sin parar y con una alegría y un orgullo muy grande de su fiesta. Oruro tiene una población de unos 200.000 habitantes, pero se estima que ese fin de semana recibe unos 400.000 visitantes. El ambiente me recordó a algunas fiestas de pueblos o ciudades españolas. Al finalizar la Entrada todas las comparsas (de hecho fueron sólo algunas) se dirigen al socavón donde se celebra el "Alba", y tocan todas juntas la música tradicional de carnavales mientras amanece. Una fiesta donde apreciar mucho de la cultura boliviana y donde encontrar un ambiente impresionante... me gustó!


jueves, 4 de marzo de 2010

La Carretera de la Muerte

Una de las mayores atracciones turísticas en los alrededores de La Paz es el descenso en bici de la llamada Carretera de la Muerte. Ésta conecta La Paz con Coroico, unos 69 Km. de carretera descendiendo la región de los Yungas.

Recibe este nombre porque se trata de un "camino" de 2-4 metros de amplitud que transcurre por la ladera de las montañas y a uno de los lados tiene unos precipicios por los cuales se han despeñado cantidad de vehiculos, ya que era la única y por lo tanto la carretera usada por autos, flotas (autobuses) y camiones pesados para subir a La Paz por los Yungas. Resulta impensable cómo podían encontrarse dos vehiculos pesados de frente en esta carretera, y cómo hacían para darse paso (resulta que a menudo el que estaba en el lado del precipicio se caía). Actualmente existe una carretera alternativa que absorve el tráfico pesado, por lo que la antigua carretera ha quedado básicamente para uso local y como reclamo turístico para descensos vertiginosos en bicicleta.

Así que me lancé a ello, y resultó de lo más espectacular! No sólo por el descenso de 69 Km. en sí, sino por los paisajes espectaculares que acompañan en todo el trayecto. El descenso comienza en La Cumbre, a casi 4.700 m. de altitud, y concluye después de unos 65 Km. en Yolosa, a unos 1.1oo m. 4-5 Horas de descenso a toda velocidad, pasando por debajo de cascadas y atravesando riachuelos, además de pasar de temperaturas bastante frías en La Cubre a un calor tropical agobiante en Yolosa (con bañito incluido en la piscina del hotel donde comimos).

En todo el trayecto se pedalea únicamente unos 5-10 minutos, lo que sí se cansan son las manos de tanto frenar en las curvas, a no ser que tengas una bicicleta con frenos hidráulicos (yo no la tuve). Al llegar a Yolosa comida buffet en un hotel, bañito en la piscina y vuelta a La Paz por la carretera nueva (sin asfaltar en algunos tramos), espectaculares paisajes de las montañas y valles de los Yungas. En definitiva, una excursión recomendadísima!

Bolivia


Después de un parón de 3 meses (escribiendo, porque el parón real sólo fue de 15 días en Barcelona) voy a seguiros contando cosas mientras esté viajando o residiendo en otros países, como es el caso ahora que vivo en La Paz (Bolivia) por motivos de trabajo.

Bolivia es el octavo país más extenso de América, aunque cuenta únicamente con unos 10,5 millones de habitantes. Resulta un país bastante desconocido, pero os puedo asegurar que es uno de los países más espectaculares que he visitado hasta el momento. Al contrario de lo que la mayoría cree y cuenta la capital es Sucre (y no La Paz), donde reside el poder judicial. Los poderes legislativos y ejecutivos están trasladados a La Paz, pero oficialmente la capital sigue siendo Sucre y cualquier Boliviano te responderá muy claramente a esa pregunta.

Bolivia tiene un relieve espectacular! Desde la región andina (28% del total, cumbres de hasta 6.500 m.), pasando por la región Subandina (13%, el altiplano y los valles de los Yungas) hasta la región de los Llanos (casi el 60% del total y es básicamente selva amazónica, otro aspecto desconocido por la mayoría). Así que cuando llegué al aeropuerto del Alto (4.000 m.) y salí a la calle me quedé por primera vez boquiabierto al notar la inmensidad del altiplano y la belleza de las cumbres en el horizonte. El Alto es una ciudad de aproximadamente 1 millón de habitantes que se encuentra justo al borde del altiplano, y a escasos 15 minutos de La Paz. Ésta se encuentra a 3.800 m. y en pleno valle, a un lado las cornisas espectaculares del altiplano y al otro la Cordillera Oriental, con el imponente Illimani (casi 6.500 m.) que se observa desde casi cualquier punto de la ciudad. La altura afecta a mucha gente cuando llega aquí, el famoso sorojchi (mal de altura) que provoca mareos y dolores de cabeza, además de cansamiento extremo. De hecho los primeros días (y semanas) te cansas de forma exagerada al caminar 5 o 10 minutos, o al subir algunas escaleras, así que como dicen por aquí los primeros días tienes que caminar poquito, comer poquito y dormir solito.

La gente boliviana es encantadora, hablan con una acento muy simpático y de forma muy educada. Existen multitud de etnias en Bolivia, de hecho desde la Constitución de 2009 se llama Estado Plurinacional de Bolivia (antes era la República de Bolivia) y además del castellano se habla el Quechua, el Aimara y el Guaraní principalmente. Aquí a las pajitas se les llama bombillas, a las escaleras gradas, los pisos son departamentos, los coches son autos, y para casi todo utilizan diminutivos graciosísimos, por ejemplo si estoy con varios en un restaurante y pido solamente una cerveza, el camarero me va a preguntar a modo de confirmación: "Unita?". También utilizan constantemente la expresión "ya" o el "no más", como en "pase no más" o "le pregunté no más", me encanta cuando lo dicen, me parece gracioso, de hecho ya me he adaptado bastante a su forma de hablar e intento hacerlo a su manera simpre que puedo (no me costó demasiado olvidarme del "coger" y canviarlo por el "agarrar" o "tomar").

De momento y por disponer de poco tiempo libre en estas primeras semanas he podido visitar (además de La Paz) las ruinas de Tiwanacu (20 km. al sur del lago Titicaca, fue la capital de la cultura preincaica Tiwanacota, desde el 1.500 a.C. hasta el 1.200. d.C. y que se cree sirvió de base para las posteriores culturas americanas, entre ellas la Inca) y el Valle de la Luna, a las afueras de La Paz, un valle precioso con formaciones rocosas erosionadas durante milenios y que ahora forman un paisaje insólito y curiosísimo (se puede ir en transporte público, mini bus hacia Mallasa).

El transporte público en La Paz está formado por micro-buses (autobuses antiguos preciosos que hacen rutas fijas y que puedes parar y bajarte en cualquier momento, coste de 1 Bs.), mini-buses (especie de furgonetas que hacen rutas fijas también y que puedes también parar en cualquier momento, coste desde 1 Bs. a 2,5 Bs), Trufis (taxis de ruta fija compartida que puedes parar en cualquier momento y compartir con otra gente, coste 3 Bs.) o taxis, que cuestan entre 8-15 Bs (trayectos normales dentro de la ciudad). El litro de diesel va a 37 Bs (1€=10 Bolivianos).
La gastronomía... buenísima! Silpancho, Chairo Paceño, Plato Paceño, Pique Macho, Chicharrón de Chancho (cerdo), mucho pollo, Anticuchos (brocheta de lonchas de corazón de vaca con papas, buenísimos!), Pacumutus (brochetas de carne), Choripan, Salchipapas, Sopa de Quinua, etc. en resumen mucha carne de res (vacuno), de llama y pollo, casi siempre una sopa de primero y poca variedad de pescado (trucha del Titicaca es lo principal, aunque hay alguna otra especie como el Pejerrey y el Surubi). De hecho en los restaurantes japoneses de por aquí utilizan trucha casi de forma exclusiva y algo de pejerrey a veces... Se pueden encontrar menus diarios en La Paz desde 5 Bs (50 céntimos de euro!, primero, segundo y postre), yo probé un menú decente por 8 Bs. y normalmente comemos de menú por 12 o 15 Bs. En los mejores restaurantes de La Paz se come muy, muy bien desde 50 Bs. hasta 100 o 120 Bs. como máximo. En todos los sitios de Bolivia en los que te sientas a comer te van a traer lo primero un cuenquito con Llajua y algo de pan. Se trata de una salsa típica hecha a base de locotos (como chiles super-picantes)... Yo no sabía antes de venir aquí que la comida boliviana puede llegar a ser tan picante, desde el día que comí una pizza con locotos y a poco muero del picor los evito siempre!.

Más de La Paz... la calle Sagárnaga, el Prado, La calle Linares con su mercado de las Brujas y los fetos de llama, el barrio de Sopocachi (donde vivo), la Zona Sur, su vida nocturna (impresionante, mejor que en muchas ciudades que conozco), San Francisco, los aguayos, la cerveza Paceña o la Huari, Plaza Murillo, la 16 de julio en El Alto, las Alasitas... demasiado que contar!