viernes, 25 de septiembre de 2009

Empieza la ruta por Nueva Zelanda


Nueva Zelanda es uno de los países que tenía más ganas de visitar. Primero porque todo el mundo me había dicho que es espectacular y segundo porque venían amigos a juntarse conmigo (Mireia, Ana y Bernat desde Barcelona y Nina, la chica francesa que conocí en Laos hace unos meses).
Así que alquilamos una autocaravana, de las más grandes que hay, y nos lanzamos a la carretera desde Christchurch. Después de una cenita para celebrar el cumpleaños de Bernat nos fuímos hacia Banks Peninsula a pasar la noche y paramos a la orilla de un lago donde continuamos con las celebraciones en un paraje super bonito y a la luz de las estrellas. Lo que no sabíamos es que Bernat iba a tener un regalo de cumpleaños algo especial, ya que sin comerlo ni beberlo (bueno bebiendo algo de vino antes, eso debió ayudar) apareció tirado en la orilla del lago con una herida muy fea en la cabeza, tan fea que se le veían hasta las ideas (más bien pocas en ese momento), por lo que tuvimos que llamar a la ambulancia y volver pitando hacia el hospital de Christchurch. Al final unas cuantas heridas, fractura craneal incluida, y un ojo hinchado y morado por el golpe en la frente. Dos días en el hospital que los demás aprovechamos para visitar Banks Peninsula y los pinguinos y focas de Oamaru.

Una vez dado de alta el "paciente" nos fuímos hacia Arthur Pass para pasar a la costa oeste de la isla sur (dado que sólo teníamos carnet internacional de conducir Bernat y yo me iba a tocar conducir a mi solito durante los primeros ocho o nueve días...). Encontramos nieve y lluvia asi que pasamos bastante de largo y paramos la primera noche a dormir en Punakaiki (Pancake Rocks). Allí empezamos a darnos cuenta de que el tema de la caravana no es tan idílico como algunos pensábamos. A parte de que no en todos sitios se puede parar a pasar la noche (me refiero en la autocaravana, sin entrar a un camping), la batería hacía cosas extrañas y para colmo parecía que había goteras cuando llovía, sobretodo en la cama de la parte de atrás. Al final todavía no tengo del todo claro que la opción autocaravana salga más económica que la opción coche y dormir en hostels (de todas formas si se duerme casi siempre fuera de campings y se cocina dentro de la caravana entonces parece que sí sale mejor), aunque yendo cinco la verdad es que la autocaravana es más acogedora y permite cierta flexibilidad, en el sentido de que vamos todo el día juntos (y más cómodos que en un coche), puedes parar a comer o dormir donde y cuando quieres y dispones de nevera y armarios para guardar comida y no tener que hacer y deshacer equipaje cada día.

Después de visitar los Pancake Rocks y Blowholes bajamos toda la costa parando en los glaciares de Frank Joseph y Fox, Okarito y algunas fotos del Lago Wanaka y del Hawea en el Haast Pass(aunque los glaciares son también bonitos no fue hasta el Haast Pass donde empecé a sentirme verdaderamente maravillado con el paisaje). Esa noche dormimos en un parking en Queenstown (parada técnica, está previsto que volvamos a parar de subida) y la mañana siguiente partimos hacia Fiorland, hacia Milford Sounds concretamente.

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